EL MEJOR MOJO QUE HAYAS PROBADO…

EL MEJOR MOJO QUE HAYAS PROBADO…

Si eres canario o has sido parte de alguna conversación o debate en torno al mojo, sabes que es imposible llegar a un consenso acerca de cuál es el mejor.

Cuando un canario amante del buen comer habla de mojo (o de sancocho, o de gofio, o de unas carajacas), suele tener bien claro cuál es el mejor que ha probado y sobre todo quién lo elabora. Raramente es el de un establecimiento de restauración, dado que estos suelen carecer de ese ‘factor humano’, que convierte un mojo cualquiera en “EL mojo”, el elegido y ubicado en un puesto especial de nuestro paladar y nuestro corazón.

Sin embargo, en nuestro caso hemos constatado que el mojo picón que se elabora y sirve en La Cecilia de Allende se está convirtiendo en el favorito de mucha gente que pasa por nuestro local de Madrid Chamartín. Aparte de que, según estas personas afirman, está “muy rico”, hay algo que no pueden expresar en palabras y que dicen lo hace excepcional. Si nosotros hubiéramos de buscar motivos que explicasen este fenómeno, se nos ocurrirían al menos tres:

LOS INGREDIENTES

Todo lo que se utiliza para elaborar nuestra versión de la salsa canaria es de primera calidad. Además, algunos de los ingredientes son asados al horno antes, por lo que el resultado es un sabor profundo y con toque ahumado, algo que lo hace diferente.

LA RECETA

El origen de nuestra receta está en el miembro más veterano del equipo Allende en Las Palmas de Gran Canaria: D. Emilio. Este chef, apasionado por la cocina desde hace décadas, presume de hacer mojos -en su casa, para sus amigos- que viajan y enamoran a quienes los prueban. (Si eres canario y vives fuera seguro que te habrás encontrado alguna vez transportando mojo allá donde vayas para aliviar esos días de nostalgia isleña). Esa sabiduría, experiencia y amor que siente por la comida D.Emilio, sin duda se transmite en el sabor de nuestro mojo.

EL MOMENTO Y EL LUGAR

Como bien sabes, el dónde, el cuándo y el con quién se prueba algo influye directamente sobre la experiencia que evoca un determinado plato. En nuestro caso, hemos constatado que cuando se come en nuestro restaurante, esa sensación de sentirse como en casa se traduce en placer con cada bocado… ¡Lo cual nos hace inmensamente felices!

Por todo ello, nos hace muchísima ilusión que nuestro mojo sea motivo de conversación y debate y que ‘canarios y foráneos’ hayan encontrado en nuestra salsa un motivo de gusto y felicidad.